Esta misma tarde ha saltado a los medios especializados la desagradable, triste e inesperada noticia del fallecimiento del músico James Kottak. Batería original de Kingdom Come, de su propia banda Kottak y de Scorpions entre otros ya no se volverá a sentar detrás de su batería para volvernos locos, nunca más. Tan solo tenía sesenta y un años. Joven, muy joven para irse. No quiero convertir este sitio en una suerte de obituario, pero James era especial y es necesario.
Todavía no se sabe nada sobre los motivos de su muerte, pero es fácil imaginar que sus propios demonios personales hayan jugado algún papel en este triste desenlace. Llevaba años luchando contra su adicción a la bebida, de hecho ese parece que fue el principal motivo para que Scorpions le acabasen echando del grupo; recuerda el guitarrista del grupo alemán Matthias Jabs que le dieron un montón de posibilidades y tratamientos, pero al final no hubo más remedio que prescindir de sus servicios. Y me lo creo todo, poca gente en este podrido negocio musical será tan honesta como Scorpions. Formó parte de la familia alemana desde 1996 hasta 2016 -veinte años- y pasó por ser de largo el mejor y más cualificado batería que ha prestado sus servicios en el grupo de Schenker & Meine. En estos últimos años había vuelto a reformar Kingdom Come, sin la participación del vocalista y creador Lenny Wolf, pero había tenido que dejar de actuar con dicho grupo por esos supuestos problemas de salud que al final han resultado ser del todo ciertos.
Recuerdo los muchos conciertos que he podido disfrutar de Scorpions con él tras los tambores en los lugares más rocambolescos que uno pueda imaginar. La delirante actuación en la localidad francesa de Nancy de Julio de 2012 en la que salió totalmente fuera de control y en la que, pese a haber anunciado Scorpions un show de reunión con ex miembros, solo salió Uli Roth a tocarse un tema; lo que habría dado por estar dentro del backstage las horas previas presenciando lo que seguro fue un calentón entre los músicos de los fuertes. El pedazo de concierto que ofreció en la ya extinta sala Heineken con su grupo Kottak como telonero de Edguy allá por el año 2011. Grandes recuerdos de noches sinceras de Rock fuera de control salido de las vísceras.
Un batería con pegada, rango, gusto y técnica. Necesito escuchar ahora mismo el primero de Kingdom Come y el "Unbreakable" de Scorpions en soledad, silencio, penumbra y con una copa de vino entre las manos.
James Kottak. Un tipo que vivió a fondo y hasta sus últimas consecuencias esto del Rock' n' Roll.
Descanse en paz.
joder que putada, pero si era muy joven,no? Alguna movida de drogas o lo que sea supongo.Gran batería. Marcos
ResponderEliminarDesde que le largaron de Scorpions no había levantado cabeza. No se saben los motivos, pero parece que seguía teniendo problemas con el alcohol. Una lástima, era un gran batería. Fran
ResponderEliminarY esto va a seguir así, todos nuestros ídolos nos van a ir dejando en estos próximos años...todos. Una mierda. Así que no me pierdo un solo concierto de la gente que me mola, por si es el último que dan. DEP James Kottak.
ResponderEliminarNarci