Hace un día otoñal, de esos fríos, tristes y deliciosamente grises, ideal para hacer sonar este "The Sound of silence" y dejarse seducir por la delicada melodía de esta obra de arte. La versión que aquí compartimos es la que grabó el teclista/guitarrista/cantante/arreglista y compositor Tony Carey. Apareció en su disco de versiones titulado "Stanislaus County Kid", que fue publicado en el año 2010. Dicha obra comprendía un abanico de versiones de clásicos de toda la vida que el pequeño Tony escuchaba durante su infancia en el condado norteamericano de Stanislaus a principios de los años sesenta. Bajo un prisma sonoro tan sobrio como acertado e inspirado, Carey desgrana once bellas canciones, muchas de ellas de esas conocidas de toda la vida. La foto que ilustra este artículo y que está tomada de la contraportada de dicho disco seguro que representa cualquiera de los caminos por los que paseó nuestro querido Tony durante esos primeros años tan especiales para cualquier ser humano.
"The Sound of silence" en particular, fue compuesta por Paul Simon allá por 1964 y apareció como single primero y posteriormente en las obras primera y segunda del inquietante dúo que este mismo montó con Art Garfunkel. Debo reconocer que el dupla Simon & Garfunkel no me interesa lo más mínimo y me conduce a un estado de tedio y aburrimiento de esos que con poco esfuerzo te llevan a perder tus nervios por completo... pero hay que reconocer que la canción que nos ocupa es una gran composición. "The Sound of silence" ha pasado con nota el test del paso del tiempo y ha sido utilizada en multitud de ámbitos; de hecho, por poner un ejemplo rápido, dentro de la religión católica es una de las piezas más usadas en sus liturgias.
Esta versión de Tony Carey consigue captar toda su esencia y, tan solo con una desnuda y minimalista instrumentación acompañando a su voz áspera y elegante, te eleva prácticamente desde la primera nota a ese estado de sosiego y plenitud al que solo unos pocos elegidos consiguen llegar cuando escuchan música.


Entrañable Tony carey, teclista de la etapa dorada de los Rainbow de Ritchie Blackmore. Una versión muy lograda de un original que es muy bueno de por sí. Saludos de Daniel
ResponderEliminarLe veo un punto Pinkfloidiano,sobre todo en la voz.Buena versión.Paul
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