MSG: “Written in the sand”.
Volvemos a retomar el asunto
de la canción del verano, pero sin ánimo alguno de buscar esos cutre-singles
pegadizos y exasperantes con los que nos suelen bombardear los iluminados
musicales cuyo interés por la cultura musical es nulo y que no tienen el menor
reparo en revolcarse en la mierda más apestosa con tal de triunfar en las
listas; esto va de otro palo. Parapetados en mitad del calor del momento vamos
a recuperar un tema del siempre recomendable Michael Schenker. La canción en cuestión se titula “Written in the sand” y apareció en el
disco del mismo título que el rubio guitarrista alemán publicó en el año 1996.
Un disco completamente recomendable que significó la vuelta de su grupo MSG tras la disfuncional reunión de los
UFO clásicos del año noventa y tres.
MSG 96: S, Gaalas, B. Sparks, M. Schenker y L. Sundin.
Este “Written in the sand” rezuma
sol, calor y carretera mientras la infecciosa cadencia de la batería te atrapa
sin remedio, se trata de un medio tiempo acompañado de una bonita melodía del
cantante Leif Sundin y comandado por
la intuitiva guitarra solista de Michael.
En cuanto comienza a sonar te transporta a la carretera comarcal que elijas,
dominada por el sol abrasador del mes de Julio a primera hora de la tarde y flanqueada
por pasto seco a los lados que contemplas mientras suena en el estéreo de tu
coche; algo así como la imagen de cualquier cruce de caminos que puedes otear a
través del cristal de tu salpicadero. Lo cierto es que todo el disco cumple a
la perfección con el motivo de este escrito, pero “Written in the sand” en particular es el ejemplo más claro.
Incluso la portada está en total sintonía con este espíritu veraniego del que
hablamos. El imponente logo de la MSG
aparece en primer plano sobre el fondo rojizo de un desierto con sus cañones y
cactus momentos antes del anochecer. ¿La mejor portada de la discografía del
grupo de Michael Schenker?,
probablemente.
MSG: "Written in the sand".
"Written In The Sand". Contraportada.
Scorpions: “Blackout”.
Palabras mayores. Estamos
ante uno de los mejores y más representativos discos de la Historia de la Música, al menos para este humilde
escriba. El álbum con el que el grupo alemán alcanzó el éxito masivo que se
acabó de fraguar con el no menos importante “Love At first Sting” y que
le siguió un par de años más tarde. Durante esos años, le pese a quién le pese,
Scorpions eran los reyes del mercado
musical, sus canciones estaban en las listas de éxitos y los discos de oro y
platino llegaron para quedarse; eran otros años.
Aunque más allá de todo esto,
lo importante es que “Blackout” es
un álbum lleno de grandes canciones, uno de esos discos redondos que se suele
decir dentro del mundillo musical. La declaración de principios del riff de inicio de la primera canción,
titulada igual que el propio disco, ya deja bastante claro al oyente de qué va
el asunto que tiene entre sus manos y oídos. La comunión perfecta entre las
punzantes guitarras de Matthias Jabs,
las melodías “marca de la casa” de Klaus
Meine o la exquisita producción de Dieter
Dierks daban como resultado unas composiciones del binomio Schenker/Meine que creaban tendencia y
marcaban el camino a seguir para los grupos noveles. Todo es aprovechable de
este disco, consiguieron colocar por primera vez una canción en las listas de
éxitos de medio mundo. El single “No one
like you” triunfó en las emisoras de radio estadounidenses durante esos
años, incluso el cantante de Guns n’
Roses W Axl Rose comentó que decidió dedicarse a la música cuando un día que
iba en coche se detuvo en un semáforo y la música que salía del resto de los
vehículos que estaban parados a su lado pertenecía a Scorpions.
Scorpions: "No one like you". Vídeo oficial.
Este disco supuso además una
prueba de fuego para el combo germano. El vocalista Klaus Meine perdió la voz durante las sesiones de composición del
álbum y los médicos le diagnosticaron que debía dejar de cantar
profesionalmente. Esto ocurrió durante la estancia del grupo en la mansión Villa San Pecaire de la Costa Azul
francesa. Como curiosidad podemos decir que en la actualidad esta villa debe
haber desaparecido o cambiado de nombre porque es prácticamente imposible
encontrar ninguna referencia de su ubicación hoy en día; en estos días
realizaremos una visita al país galo y una parada obligada va a ser dicha Costa Azul para ver si somos capaces de
dar con la dichosa villa de marras.
Klaus y su máquina para la voz.
Volvamos al tema. Klaus sufrió dos operaciones de cuerdas
vocales y un duro proceso de recuperación con técnicas alternativas de la mano
de uno de los más prestigiosos especialistas médicos para cantantes. La mayoría
de los grupos hubieran optado por el camino fácil: sustituir al vocalista y
seguir con los planes de grabación del disco. Sin embargo en Scorpions las cosas siempre han
funcionado de manera distinta. La unión Rudolf
Schenker – Klaus Meine llevaba funcionando desde finales de los sesenta y,
pese a que el propio Meine sugirió
al grupo apartarse a un lado y que buscasen a otro vocalista, la determinación
de Rudi siempre fue clara: iba a
esperar a su cantante original. No todo está perdido dentro del mundo de la
música. El destino cosechó de acuerdo a lo que sembraron y solo un año después
el grupo alcanzaba el estrellato. El propio título del disco hace alusión a
toda esta situación de apagón que le estalló al grupo en la cara. Imposible
olvidar la traducción al español que acompañó a la publicación del álbum en el
territorio nacional, debajo del título original en inglés aparecía la expresión
“ceguera
temporal” y que sirve como ejemplo ilustrativo de lo cutre y chapucero
que era nuestro querido inglés patrio por entonces –las traducciones al español
de títulos en inglés darían para otro artículo jugoso, habrá que retomar esta
idea en otro momento–.
Scorpions: Foto promocional "No one like you".
El álbum es una obra
completa, te habla como un todo pese a estar formado por canciones que también
funcionan de manera individual. Imposible sustraerse al dinamismo de temas como
“Can’t live whitout you” y “Now” o al exquisito gusto de cosas
como “You give me all I need”; precisamente
las guías vocales de este tema las realizó Don
Dokken, que gracias a sus conexiones con Dierks ayudó al grupo a preparar el material musical durante el
impás del tratamiento vocal de Klaus.
Además de “No one like you” o “Blackout” el disco contiene otro
trallazo musical que responde al nombre de “Dynamite”
y que, junto a las anteriores, ha ido acompañando al repertorio del directo del
grupo desde que se publicó el disco hasta hoy.
El resto de canciones de esta
obra de arte no baja el nivel. Tenemos un tema titulado “Arizona” que es otra preciosidad, sorprendentemente casi no han
tocado esta canción en directo, solo en algunos shows ocasionales; como su
propio título indica, evoca acertadamente el desierto del Colorado y te sitúa en coordenadas veraniegas. Como curiosidad
podemos comentar que, aunque nunca salió como single, se llegó a rodar una
especie de vídeo promocional. Años más tarde ha acabado saliendo a la luz; el
resultado final es bastante vintage y
de Serie B, por llamarlo de alguna
manera, pero no deja de ser otra curiosidad más de estos encantadores alemanes
dispuestos a triunfar en yanquilandia.
Scorpions: "Arizona". Vídeo no publicado.
Tampoco nos podemos olvidar de la oscura “China
White”, una canción densa y pesada, con toques épicos y de larga duración. Scorpions solían trabajar antes este
tipo de temas, podemos encontrar otros ejemplos en su discografía como “Animal
magnetism”, “The sails of Charon” o
“Money and fame”; desgraciadamente hace tiempo que no nos regalan un tema
de corte similar, esperemos que retomen las viejas costumbres. Aún así, incluso
la profundidad de “China White” consigue
no desviarse de ese sentimiento total tan veraniego. El disco se cierra con la
excepcional balada “When the smoke is
going down”, un tema que en su día nunca tocaron en directo y que hace ya
unos cuantos años decidieron con acierto recuperar para finalizar sus
actuaciones en vivo. Esta canción en particular me tuvo obsesionado durante
años y solo puedo decir que es el cierre perfecto para el álbum, como el último
rayo de sol que es derribado por la oscuridad mientras te deja esa estampa de
anochecer tan especial.