Una sección de nuestro colaborador Thomas Anderson.
Judas Priest, la Ciencia
Ficción… y lo que haga falta.
Judas Priest… Sacerdote
de Judas. Con un nombre así, ¿cómo no estar preparado para la polémica
permanente?
Señoras, señores, desde que el mundo es mundo y desde que el Rock es Rock este estilo ha sido considerado como «la música del demonio»
por extraños y, en numerosas ocasiones, hasta por propios. Yo no es que crea
especialmente en el simpático de Satanás
pero debo reconocer que, en caso de verdadera existencia, nuestro singular
amigo infernal probablemente se decantaría por el Rock´n´Roll como expresión musical más afín a sus expectativas e
intereses.
Y es que provocar a la concurrencia con (en la mayoría de los casos)
falsas simpatías por el Diablo ha
sido siempre perenne fuente de atracción para los cultivadores del género, más
en concreto para sus vertientes más extremas, especialmente el conocido como Heavy
Metal y derivados.
No quiero decir con todo esto que Judas
haya sido un grupo especialmente prolífico en ofrecer mensajes que la corriente
moral imperante considerara “pecaminosos”, pero como os decía al comienzo,
aunque solo fuera por su provocativo nombre, en mayor o menor grado, siempre
han estado en el punto de mira de aquellos que se elevan como los adalides de
dicha moral.
Pero vayamos al grano. Antes de nada debemos hacer un poco de
historia. Somera, os lo prometo. La banda nace en 1972 pero no es hasta el 74
cuando lanzan al mercado su primer elepé, titulado “Rocka Rolla”. No es aquí donde podemos encontrar los primeros
escarceos del grupo con la Ci-fi, pero para que quede
constancia de lo dicho durante los párrafos previos, os dejo una pequeña
muestra de alguna de esas primeras tendencias.
“Terremoto”.
(“Rocka Rolla”).
Es de las que te agarran y
te asfixian,
fumadora empedernida,
lado equivocado de la ley.
Trapicheos a medianoche,
juerguista de profesión,
dura, preparada, te enseñará
para qué.
No me resisto a mostraros esta otra perteneciente a su tercer disco, “Sin after sin”:
“Pecador”.
(“Sinner”).
Jinete pecador, llega cabalgando
con la tormenta,
el Diablo cabalga junto a
él.
El Diablo es su Dios, que
Dios te asista en tu duelo.
¿Tú los oyes, oyes los
truenos
ensordecer a todo ser vivo
presente?
¿Tú puedes, puedes ver la
montañas
oscurecerse allá lejos?
Está saliendo un sol negro,
el tiempo se agota.
Sacrificaos al vicio o morir
a manos del…
¡Pecador, Pecador!
Juegan fuerte estos chicos, qué duda cabe.
Quiero aclarar que los ejemplos que voy a dejaros son solo eso:
ejemplos, y es muy posible que opinéis que me dejo cosas importantes en el
tintero. Hacédnosolo saber en los comentarios, por favor.
Adentrémonos ya en “Stained Class”. Álbum nacido en
1978, en el que, no solo a través de su magnífica cubierta podemos encontrar
esos primeros toques de Ci-fi (iremos viendo muchas otras a
lo largo del artículo), sino que es sobre todo mediante algunas de las letras
que nos percatamos de un amor por la misma que supera con creces lo meramente
anecdótico.
Ejemplos, por favor:
“Invasor”.
(“Invader”)
Me encontré con un campo humeante, palpitante resplandor.
Ví un destello de luz estallar y elevarse en el cielo.
Retrocedí tambaleante, aturdido por la sorpresa.
¿Qué fue lo que yo había visto?
Y mientras estaba allí hipnotizado oí gritar a mi espíritu:
Invasor, el Invasor, está cerca.
Este es el primero de más que vendrán en ataques cuidadosamente planeados.
Si es así hay que prepara las defensas para contraatacar.
La llamada lo es a todo el mundo.
Unidos debemos resistir
y construir una línea, fuerza estratégica, no tomarás ningún rehén...
Como veis, letra en la perfecta línea de "La Guerra De Los Mundos" o "Independece Day"...
"Santos en el infierno". ("Saints in hell"):
Se rieron de sus dioses
y los combatieron en vano.
Así que les dio la espalda
y los dejó consumidos en el
dolor.
Ahora aquí vienen los santos
con sus banderas en alto.
Cada uno de ellos un mártir
dispuesto a morir.
Despertad a los muertos, los
santos están en el infierno.
Despertad a los muertos, que
han venido a por la campana.
Cubríos los puños,
afilad las lanzas.
Ha sido nuestra posesión
durante ocho mil años.
Traed a las águilas
chillonas,
liberad a los gatos
monteses,
soltad las cobras reales
y a los murciélagos
chupasangres.
En este caso, la letra está más cercana a la Fantasía o al Terror que
a la Ci-Fi.
Pasan algunos años y la temática del grupo parece distanciarse un
tanto de todo lo que nos interesa. Son los primeros ochenta, amigos. Hay que
bajar el listón y adecuarse a la corriente comercial imperante. Con todo, aún
encontramos algún pequeño detalle perdido por ahí:
“Dioses
del metal”. (“Metal Gods”).
Hemos dado demasiado por
sentado
y todo el tiempo había crecido
de las tecno-semillas que
plantamos al principio.
Desarrolló una mente propia
recorriendo las calles,
arrastrando sus pies de
hierro.
Corazones emisores de láser
despedazando hombres.
[…]
Las máquinas se están
apoderando de todo,
tienen la humanidad bajo su
mando.
Con el tiempo les gustaría
descubrir
cómo pueden reivindicar sus
exigencias.
Dioses de metal.
Dioses de metal.
Un poquito de “Matrix”, por
favor.
En lo relativo a las portadas, ninguna de las publicadas durante esta
época son aprovechables para rellenar el presente artículo.
Es, sin embargo, a partir de 1982 cuando las cosas cambian y el grupo
entra en su temporada más interesante al respecto que nos ocupa. Tomad nota,
por favor, de esta impresionante cubierta: “Screaming for vengance”.
A los más jóvenes igual la ilustración os parece una cagada si la
comparáis con las que en la actualidad suelen decorar las portadas de los
discos de Metal, pero tened en
cuenta la época de la que os hablo y sabréis valorar en su justa medida una
obra que a todo el mundo dejó anonadado en el momento de su publicación.
O esta otra, de 1984: “Defenders of the Faith”.
Os aseguro que este tipo de cubiertas en el instante en el que vieron
la luz dejaron con la boca abierta a gran parte del panorama musical en
cualquier parte del globo.
Y sí, las letras también retomaron la cuestión, con mucha mayor
profusión y fuerza que las de los comienzos. Fijaos:
“Ojo
eléctrico”. (Electric Eye).
Arriba en el espacio, observándoos
mis láser rastrean todo lo que hacéis,
pensáis que tenéis vidas privadas,
y no es nada por el estilo.
No tenéis un escape fiable.
Os estoy observando todo el tiempo.
Estoy hecho de metal,
mis circuitos destellan,
soy perpetuo.
Mantengo el país limpio,
soy el elegido, el espía eléctrico;
soy el protegido, el ojo eléctrico.
Siempre enfocando,
no podéis sentir mi mirada.
Estoy cerca, dentro de vosotros
y no sabéis que estoy ahí.
Orgulloso de informar de todos vuestros movimientos,
mi llorosa retina toma fotografías que puedo probar.
Estoy hecho de metal.
En la línea más cercana a “1984” y su Gran Hermano, ¿no os parece?
Pero esto no es todo, amigos.
“Ruedas
ardientes”. (“Freewheel Burning").
Rápidos y furiosos, montamos el universo
cortamos camino rebanando cada curva a la vista.
Aceleramos, sin tiempo para las dudas.
Esta carga detonará a cualquiera que contenga sus derechos.
Nacidos para liderar a gran velocidad,
con alto octanaje escupimos llamas.
Ruedas ardientes, ruedas ardientes.
Nos catapultamos hacia adelante, apuñalamos hasta el mango,
desenterrando cada falla, de cabeza a cualquier desafío.
A mí esta me retrotrae a los tiempos de “Mad Max”.
Después, en 1986, vendría un disco llamado “Turbo”, nuevamente más cercano a la comercialidad y de letras
mucho más light, pero aquello no
duraría mucho tiempo, os lo prometo.
Hala, degustad ahora la que yo considero, no solo la mejor portada de
toda la historia del grupo, sino una de las más impresionantes que jamás haya
contemplado: “Ram it Down”.
Y sin embargo, su disco Ci-fi
por antonomasia aún estaba por llegar. Sería en 1990, una obra maestra titulada
“Painkiller”. Os dejo con su
cubierta, que tampoco tiene desperdicio.
Después vino la etapa con Ripper
Owens a los micros que nos dejó alguna letra/joya bastante interesante,
pese a que en lo musical (a mi humilde entender) la cosa hubiera decaído mucho.
“Yugulador”. (“Jugulator”).
Ahora vamos a ver de qué
estás hecho
Él viene, no puedes huir
Los criminales encarcelados
Desearían nunca haber nacido
Exterminador
Estás muerto - Mutilar
Navaja afilada
Toma tu cabeza - Yugulador
Rencoroso predador
Estás atrapado - Diezmar
Profanador
Rompe tu cuello - Yugulador
Yugulador está cerca,
Atraído por el hedor del
miedo
Parte demonio, parte máquina
Está hambriento y es hora de
comer
Garras de hierro y colmillos
de acero
El goteo de su sabrosa
comida (2)
Ahora es el momento para matar
(3)
Siente tu cráneo
desintegrarse
Ahora es hora de matar para
Yugulador
Agarra y desgarra tu columna
vertebral
Violadores
Gran error - Mutilar
Vindicador
Rompe costillas
Carne y huesos
Son masacrados
A modo de curiosidad contaros que su trabajo de 2008 (ya con Haldford de nuevo a las voces) fue una
obra conceptual a través de la cual se narra la vida y obra de un personaje tan
enigmático y peculiar como el propio Nostradamus.
Un día haremos un artículo centrado en exclusiva en este pedazo de disco, os lo
prometo.
Y hace ahora año y medio que nos regalaron su último álbum, otra
tremenda obra de Heavy Metal puro y
duro, con un sonidazo de impresión.
La portada, muy Ci-Fi, como no podía
ser de otra manera: “Firepower”.
Concluyo el artículo con uno de los temas más célebres de la banda,
auténtica tralla Judas Priest hasta
la médula.
"Asesino del dolor". ("Painkiller").
Más rápido que una bala, grito aterrador,
enfurecido y lleno de ira.
Él es mitad hombre y mitad máquina
cabalga el monstruo metálico,
respirando humo y fuego
terminando su venganza y elevándose.
Él es el asesino del dolor.
Planetas devastados,
la humanidad arrodillada.
Un salvador viene de los cielos
en respuesta a sus peticiones,
atraviesa las nubes hirvientes de tormenta
disparando tornillos de acero,
la maldad viene sobre sus ruedas mortales.
Él es el asesino del dolor.
Más rápido que una bala láser,
más fuerte que una bomba atómica,
metal cromado hirviente,
más brillante que mil soles.
Volando alto en éxtasis,
más fuerte, libre y valiente.
Nunca más capturado.
Lo levantarond e la tumba
con la humanidad resucitada
para vivir por siempre.
Retorna del Argamedón a los cielos.
Ël es el asesino del dolor.
Este es el asesino del dolor.
Alas de acero, asesino del dolor.
Painkiller es una de las mejores canciones del Metal, un himno con todas las de la ley. Y Judas son unos de los imprescindibles. Además las letras resulta que también tienen su aquel y están curradas. Metal Forever!!!!
ResponderEliminarNunca me había parado a pensar en las letras de los Judas, y resulta que tienen cosas muy interesantes. Y coincido en que la portada del Ram it Down es un portadón como la copa de un pino.
ResponderEliminarLástima de las trifulcas entre Halford y Tipton con KK, ahora podría volver con ellos y seguir como siempre.
Habrá que ver quién tuvo la culpa, cada uno tendrá su parte y seguro que nunca lleguemos a saber con exactitud qué pasó. Pero es una lástima que no puedan volver a juntarse, ahora que Tipton está mal de salud.
EliminarJorge
Hombre, algo documentado está, aunque los entresijos solo los sabrán los implicados directos. Al final son problemas de ego y de pasta. Y es una pena, también coincido en que ahora que Tipton no está en los directos, KK sería el reemplazo perfecto. Aún así, larga vida al Padre Judas!!!
EliminarJuanfran
Un gran artículo, que demuestra que Judas no solo tiene buenas canciones sino también buenas letras. Son un grupo muy peculiar en muchos aspectos, y con las letras no iban a ser menos.
ResponderEliminarEcho en falta alguna referencia a su segundo disco Sad wings of destiny, que hasta la portada es una maravilla.
Screaming for vengeance es uno de los mejores discos del Heavy, sino el mejor. A todos nos ve el ojo electrico de Rob Halford
ResponderEliminarMuy buen artículo; como de costumbre, Thomas. Judas dan juego por cualquier lado que los pilles, pero por encima de todo tienen una calidad superior.
ResponderEliminarTu idea de hablar de "Nostradamus" es del todo interesante. Yo mismo llevo tiempo queriendo hablar amplio y tendido sobre ese disco de Judas, sin duda uno de los mejores discos malditos de todos los tiempos. Tiene todos los ingredientes que uno espera encontrar en la música de Halford & Co: Controvertido, polémico, transgresor, inesperado y, por encima de todo, realmente bueno en términos musicales. Así que desde aquí te emplazo a que nos hagas pasar un buen rato con tus apreciacionea al respecto.
Paulino