TRÍPTICOS EN ASCENSOR.
Una sección de nuestro colaborador "Ahí-Ku".
Nueva temporada. Nuevo nombre: Ahí-Ku. Nuevos collages: Trípticos en Ascensor. Para viejos problemas.
Encuentros HUSH. Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
TRÍPTICOS EN ASCENSOR.
Una sección de nuestro colaborador "Ahí-Ku".
Nueva temporada. Nuevo nombre: Ahí-Ku. Nuevos collages: Trípticos en Ascensor. Para viejos problemas.
Glenn Tipton fue diagnosticado con la enfermedad del Parkinson allá por el año 2014, pese a haber estado sufriendo sus síntomas desde algunos años más atrás. Hizo público en 2018 que debía dejar la actividad en directo con su grupo de toda la vida, Judas Priest, debido al avance de la asquerosa enfermedad; justo en la presentación mundial de su potentísimo álbum "Firepower", un trallazo en toda la cara con el que volvían a demostrar al mundo entero quién manda en esto del Heavy Metal. Su compromiso con Priest sigue permaneciendo intacto a nivel compositivo y en el estudio, pero los imagino cada vez más palpables síntomas de una de las peores enfermedades degenerativas que asola al ser humano le impiden afrontar un concierto en vivo. No obstante, desde entonces ha venido acompañando al grupo para subirse a las tablas en algunas ocasiones para interpretar los bises. "Metal gods, "Breaking the law" y "Living after midnight" suelen ser las escogidas; ya ves, la Biblia del Metal en forma de canciones. Las tres aparecidas en el clásico "British Steel" y del que poco se puede añadir salvo apuntar que es uno de los discos definitivos del Rock y del Heavy de todos los tiempos. Compuesto en su totalidad por el trío Tipton-Halford-Downing. Pocas palabras para decir mucho.
Mientras KK Downing lleva tiempo llorando por las esquinas en un atómico ego trip para intentar volver al grupo del que despotricó años atrás y en el que según sus propias palabras era imposible seguir, Glenn Tipton volvió a subirse este veinte de Marzo al escenario del H-E-B Center en la localidad americana de Cedar Park -Williamson, Texas-, celebrando el cincuenta aniversario de los Judas y regalando al público su merecida presencia mientras su coherencia e integridad musicales continuan intactas.
Sirva este pequeño homenaje a una de las figuras de esta cosa que nos vuelve locos a unos cuantos de nosotros y que se llama Rock. Por supuesto, sonido piratón.
Rob Halford y Glenn Tipton. |
Fotos tomadas del facebook oficial de Judas Priest.
El día diecisiete de Diciembre de mil novecientos noventa y cinco Klaus Meine y Uli Jon Roth se subían por primera y única vez juntos a un escenario sin el resto de componentes de Scorpions para interpretar una de las composiciones más bonitas y mágicas que haya parido el intelecto y la intuición humana. En la localidad alemana de Leipzig, acompañados por la Filarmónica de Praga y dentro del concierto benéfico anual que organizaba el afamado tenor José Carreras, estos dos colosos presentaban por primera vez en directo la majestuosa revisión del clásico inmortal de Giacomo Puccini bautizado como "Nessun Dorma". La adaptación compuesta por Uli Jon Roth fue incluida en el álbum que publicó justo al año siguiente titulado "Prologue To The Stmphonic Legends", un artefacto que mezcla de manera única y magistral los universos de Musica Clásica y Rock en un todo tan novedoso e inspirador que te desarma por completo en cuanto lo escuchas. Por supuesto en su día solo se pudo publicar en Japón; por increíble que parezca Uli no encontró una compañía de discos que se arriesgase a lanzar semejante producto a nivel mundial en un claro ejemplo más de la incompetencia supina de las compañías de discos y sus A&Rs para apreciar un diamante en estado puro. En la Tierra del Sol Naciente alcanzó el número uno sin problemas. Normal, los japos nos llevan siglos de ventaja en esto de la música y en todo lo demás.
Recuerdo muy bien la primera vez que llegó a mis manos este preciado cd. Estábamos en plena década de los noventa, sin duda la peor época para el Hard Rock de todos los tiempos. Mi ya por entonces incipiente obsesión por la música y la figura de Uli Jon Roth me llevó en el todavía mundo pre internet a rebuscar todo lo relacionado con su producción discográfica. Adquirí mi copia de dicho cd en cuanto salió -precio importación abusivo, of course-, pero mereció la pena. Eran esos perdidos tiempos en los que todo lo relacionado con la adquisición de música -sí, antes se pagaba por ella- resultaba mágico. Ibas a la tienda, rebuscabas, te encontrabas con cosas desconocidas y te las pillabas si el bolsillo lo permitía. Te ibas a tu casa en transporte público mientras desprecintabas tu nuevo tesoro, observabas con fruición la portada y el libreto interior mientras fantaseabas con el sonido que atesoraba ese pedazo de plástico policarbonatado en sus adentros. Cuando por fin llegabas a tu habitación se producía la Consagración en cuanto apretabas el botón del play. Me dio un vuelco el corazón a la vez que mi cabeza se desbordaba súbitamente por la extrema e insultante complejidad de lo que entraba por mi oreja. Pocas veces me ha impactado tanto algo cuando lo he escuchado. Todo era nuevo. Todo. Complejos arreglos orquestados sobre los que flotaban melodías tan pegadizas y dinámicas como sobrecogedoras y épicas, juegos de voces y coros doblados con una maestría e inspiración que te desarmaban por completo. Y las guitarras te quitaban la respiración; ni una sola nota al aire en la solista, todas colocadas y pulsadas sobre el mástil con una precisión y enjundia matemática. Notas sacadas de un modelo de guitarra que el propio Uli inventó, fabricó y posteriormente comercializó, con más trastes que cualquier guitarra convencional para poder alcanzar un mayor rango de agudos casi equiparables a los obtenidos por un violín. Un todo que te volaba la cabeza en apenas la escasa media hora de duración. No bromeo. Le pasé una copia a un par de amigas que tocaban piano y contrabajo en Clásica y también les impresionó. Normal.
La versión previa que Uli Roth y Klaus Meine interpretaron en la gala de José Carreras se publicó en un disco que publicó la filial de WEA en Alemania y que por supuesto se descatalogó casi de inmediato. Por circunstancias de la vida también accedí al mismo casi por casualidad. En uno de los viajes musicales que llevo bastantes años disfrutando acabamos mi por entonces buen amigo y yo -la vida da muchas vueltas y las insoportables gilipolleces que tiene nuestro comportamiento humano nos abocó a no volver a hablarnos en un claro ejemplo de comportamiento estúpido por parte de ambos- en la inspiradora Alemania. El motivo, fácil: ver a Scorpions actuar en directo con la Filarmónica de Berlín. Durante nuestro corto pero intenso periplo acabamos en un mercadillo callejero, paseando y hojeando entre sus puestos y cubetas me topé con este artilugio en forma de cd. Inmediatamente decidí poseerlo al comprobar en la contraportada que entre los títulos rezaba el tema "Bridge to heaven" interpretado por Klaus Meine. Cuál fue mi sorpresa cuando lo escuché y ahí se encontraba la guitarra de Uli Jon Roth que, por cierto, no aparece en los créditos de la trasera de dicho cd. Magia y sopresa para mis oídos a partes iguales.
Uli Jon Roth, Udo Jurgens, Kim Wilde, Klaus Meine, Hannelore Elsner. |
El original de "Prologue To The Stmphonic Legends" se abre con esta canción interpretada a la voz de manera magistral por Tommy Heart, vocalista de los buenísimos Fair Warning o Soul Doctor por citar un par de referencias. Ya lo he dicho antes, una de las cosas más bonitas que existen. Sin embargo, esta versión con la voz de Klaus Meine es superior. La personalísima voz del cantante de Scorpions añade ese toque que solo su voz y su talento natural para la melodía pueden aportar. No en vano es uno de los mejores vocalistas para el propio Uli Jon Roth, para este humilde escriba y para millones de personas repartidas por este mundo loco.
Puente hacia el cielo, el remedio necesario para avanzar como especie sin matarnos mutuamente. A ver si puede ser que el ser humano se libere en algún momento de sus necios demonios, se sacuda las irritantes limitaciones y egoismos de su propia condición y pueda atisbar mínimamente a lo lejos la entrada de ese puente que te lleva hacia la deseada luz.
"Bridge to heaven". Uli Jon Roth & Klaus Meine.
Fotos cortesía de la web oficial de Uli Jon Roth.
Por la paz... siempre por la paz.
Barón Rojo, tan certeros e incisivos en sus letras como de costumbre. Esta canción salió de las mentes privilegiadas de Armando y Carlos de Castro hace unos treinta y cinco años y, por desgracia, pone más que nunca el dedo en la llaga de la triste, destructiva y vergonzante condición humana. Rabiosa actualidad bañada en horror y sangre medio siglo y una década después. Una vez más.
Tal vez no veas destruir la tierra cada día
tal vez no has visto en Chernobyl la nube
radioactiva
Puedes no ser tú, tal vez sea yo
el que se envenena, casi sin darse cuenta.
Puede ser también, que no tengas que
trabajar... sin parar.
Una generación de perfectos robots te
sustituirá.
Aún no logras comprender
que pasa en tu mundo
ingenuamente piensas que es
el precio del futuro.
La fauna muere alrededor, no es un gran
problema
casi no puedes respirar, tu cuerpo aun no
enferma
que tranquilidad, ya no hay que pensar
a todos nos controla un ordenador central
y las galaxias hay que conquistar
por la paz... siempre por la paz
nada hay que temer, la alianza imperial te
ha de proteger.
Si no puedes comprender
que pasa en nuestro mundo
estas a punto de acptar
el precio del futuro.
Pagas tributo por usar la calle cada día
y ellos tienen la intención de hacerte
consumir
sin parar, siempre sin parar.
Debes desconectar tu sistema mental, ser
un vegetal.
Aún no logras comprender
que pasa en tu mundo
ingenuamente piensas que es
el precio del futuro.
Si no puedes comprender
que pasa en nuestro mundo
estas a punto de aceptar
el precio del futuro
el precio del futuro.
MAZO.
Una sección de nuestro colaborador “Metálico”.
Este mes nuestra Evocación Metálica está protagonizada por el grupo madrileño Mazo. Un trío que ya atronaba por España con su Heavy Metal cañero, cuasi Speed Metal por momentos, allá por los lejanos primeros ochenta. Lástima que sólo nos dejasen un disco y un puñado de buenas canciones, como la mítica ‘Balada cafre’.
Para hablar de los orígenes de Mazo hay que retrotraerse a 1981, año en el que Julio Díaz -bajista y voces- junto a José Miguel Martínez -guitarra y voz- decidieron apostar por el batería Manolo Caño, que acababa de dejar Obús, para incluirlo en su formación de forma permanente.
En esos albores de los años ochenta el Heavy Metal olía a música de vanguardia y era bastante atractiva para el negocio musical, lo que hizo que a un grupo como Mazo apenas les costase encontrar discográfica. Mercury, filial de Fonogram, se fijó en ellos para grabar un disco -era abril de 1982- y de forma inmediata el combo entró en los estudios Doublewtronics para editar su primer lp homónimo de la banda ‘Mazo’ en 1982. El resultado fue un disco que combinaba un Heavy cañero con un Rock más clásico, pero que se vio lastrado y mucho por contar con un sonido paupérrimo y por adolecer de promoción. Por tanto, no fue muy de extrañar que las ventas del vinilo fueran escasas, muy escasas. Quizás por ello, hoy en día este ‘Mazo’ se ha convertido en un auténtico objeto de deseo para los coleccionistas.
A pesar de la limitada repercusión del disco, el grupo continuó pateándose los escenarios e incluso apareció en la pequeña pantalla en el programa Pista libre de TVE interpretando en directo su ‘Balada cafre’ en un concierto que ofreció para los presos en la cárcel Ocaña 2. Además, Mazo se metió de lleno en la composición de las canciones para un segundo trabajo que de hecho llegaron a presentar a la prensa con una pequeña actuación en la que interpretaron cuatro temas nuevos: ‘Como lo ves’, ‘Dueños de la eternidad’, ‘Utilizados’ y ‘Me encuentro bien así’.
Sin embargo, finalmente la compañía se echó para atrás y pegó la patada al grupo, que intentó seguir un tiempo pero que terminó sucumbiendo y disolviéndose entre finales de 1983 y comienzos de 1984.
Años después en 1989 se publicó un disco split que compartieron con el grupo Júpiter, titulado ‘¡¡¡Con toda la fuerza!!!’. No hubo más oportunidades para un combo con cierto potencial y que podía recordar a Mötorhead o a los primeros Saxon.
Tras Mazo, Julio Díaz tocó con Santa y alcanzó el éxito con Sangre Azul. Manolo Caño, por su parte, fue batería de Triton.
"Balada cafre".
Metálico.
Bibliografía:
-no80s-gruposnacionales.blogspot.com
-metal-archives.com
-heavyalex.webcindario.com
-revolutionrockandroll.blogspot.com
-discogs.com
-fanmusicfest.com
-Youtube
-rtve.es
-es.wikipedia