Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
La evocación de este mes está dedicada al grupo King-Kong. Una
banda que levantó bastante expectación en su génesis, pero que luego en su
cortísima trayectoria nunca pudo satisfacerla.
King-Kong surgió las la salida de dos componentes del combo
madrileño Sobredosis (Evocación Metálica 1. Septiembre de 2019), Luis
y Salva, por diferentes desavenencias. Contactaron con miembros del
grupo pamplonica Farenheit y pusieron en marcha la banda con el
siguiente line-up: Luis Miguel Fernández en la voz, Salvador
Narváez como bajista, Luis García en la batería y los guitarristas Ino
Hernández y Kiko Jiménez. También pasaron por el combo
posteriormente Nico del Hierro al bajo y José de Benito a la guitarra.
Sus inicios despertaron el interés del gran mánager Javier Gálvez
y de la discográfica Fonomusic, por la que ficharon para grabar un lp
homónimo de la banda. “King Kong”, publicado en 1986, presentaba un
estilo cercano al Heavy melódico. La producción corrió a cargo de los
hermanos Peyronel. Por desgracia el resultado fue un disco con un sonido
horrendo, debido a una producción pésima. No obstante, el grupo intentó
demostrar su valía en diferentes directos, pero nunca llegó a conectar con el
público.
Si bien es cierto que ese tipo de Heavy más melódico que
practicaban tampoco ha tenido una especial aceptación en España, sin embargo
justo después vivió uno de sus mejores momentos aquí con grupos como Sangre
Azul o Niagara. Pero la producción tan lamentable del lp de King-Kong
le lastró irremisiblemente –a pesar de que dejaba entrever algún detalle
interesante, aunque muy oculto por un sonido muy flojo-, condenando al grupo al
ostracismo y a su consiguiente disolución. También es verdad que la banda parecía
estar cogida con alfileres, pues dijeron adiós sin ni siquiera volver a
intentarlo con otro disco.
Discutimos ansiosamente, acaloradamente, sin escuchar al otro, sin
dejar que termine, sin esperar que sorprenda, sin intención de que nos afecte,
sin sopesar su intención, dando por hecho que dirá, tensos, nerviosos,
impacientes, deseando que acabe para expresar nuestra opinión, estresándonos
porque se alarga su diatriba y se nos olvida nuestro comentario aclarador, rebatidor,
ganador, nuestro zasca fulminante que sepulte su última esperanza de
razonamiento lógico, concluyente, definitivo. Somos campeones del mundo en
discutir contra nosotros mismos, a veces sentimos esa punzada de dolor que es
nuestro orgullo, que le decía Butch Coolidge
a Marsellus Wallace en “Pulp Fiction”; de ahí esa sensación de
vacío al ver al otro, que piensa distinto, que opina distinto, que tiene un
gusto distinto y lo razona de manera tan elaborada o sagaz como pudiera ser la
nuestra.
Nuestro esfuerzo dialéctico, nuestro prodigio memorístico, nuestra recopilación
de fechas y carrera, nuestro recordatorio de artículos de revistas, de documentales,
de blogs y libretos de discos choca frontalmente con esa misma melomanía de un
aficionado al reguetón, por poner el caso. O con un opinador inspiradísimo, un
irónico ocurrente hasta provocarnos el ridículo, un manipulador impenitente y
así ad nauseam….Nada ha cambiado en
nosotros, ni en él salvo la sensación de esfuerzo baldío, de gol anulado, de
impotencia, de frustración, que ahora pasa a dominarnos. La competitividad, la
futbolización de la vida, lo infantil, lo emocional, los repulsivos zascas, la violencia verbal, la crueldad
brutal disfrazada de rapidez mental, la supervivencia del más fuerte, la
deformación del concepto de fortaleza; se confunde vigor con resistencia,
crueldad con poder, sensibilidad con fragilidad, o insensibilidad con indestructibilidad.
Tiempos de narcisistas y psicópatas, pero eso lo veremos en otro artículo.
Toteking: "Mentiras".
De todo esto surge el HeavyvsHípster, de ahí el RapervsFolky, el rockero vs
rapero, el FlamencovsPunk;
por eso es burgués el mito del Club de
los 27 y popular todos los demás artistas de estos géneros, por eso erróneamente
se identifica como elitista la música clásica. Los gustos… ¿se puede discutir
de gustos? ¿Quién lleva razón si a ti te gustan los Beatles y a mi los Stones?
¿Cómo demostrar quién es mejor? A mi me puede parecer la mejor banda de la
historia los malagueños 713avo Amor
y a otro Deep Purple o Bach. ¿Me puede gustar según que
artista, cuando ya uno se enorgullece de llevar varias décadas conformando
opinión, conocimiento -algo sectario, como la mayoría- de determinados géneros,
estilos y sobre todo una cantidad de prejuicios que no tienen fin ni límite?
Más que la discusión yo defiendo el debate, porque se aprende, uno
expone argumentario y criterio y de la otra parte tres cuartos de lo mismo. ¿Y
si los grupos sin ser clásicos venden mucho? La semilla de la duda germina… Revistas
especializadas, webs, blogs, listas de lo mejor del año, década o la historia,
consejos de amigos, del periodista de marras; son sin duda mejores
aconsejadores e influyentes en nuestro acercamiento a un nuevo grupo, pero
sobre todo algo tan amplio y difícil de estructurar como el gusto -el propio-,
claro. En la música, en mi opinión hay solo algo más importante que el gusto propio,
que es buscar lo común, el placer de escuchar música. Decía Frank Lebowicz en la recomendable serie
“Supongamos Que Es Una ciudad” que
la música tiene todo lo bueno de la droga sin el síndrome de abstinencia. Una
droga sana. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin ella en estos tiempos duros, tiempos
salvajes?
Disfrutemos de esta pasión común. ¿No es acaso más triste un viejo amigo
que nos dice que ya no escucha música, que ya pasa, que eso tuvo su tiempo, que
los conciertos le aburren… y más si es un ex melómano, un desencantado? Rápidamente
en nuestro imaginario se convierte en un desertor. Y, como muestra, una
cremallera. Un rapero al que le gusta el Heavy
y la literatura -amigo personal de Vila
Matas-, gran lector. Recientemente ha escrito su autobiografía en Blackie Books, amante del baloncesto y
que, aparte de testosterona y confianza, expresa miedos, incertidumbres, se
atreve a decir cual es su peor disco en una canción y de reconocer sus errores
sin rubor. Y dudas, muchas dudas. Quien solo tenga certidumbres, ya se le caerán
o no pertenece a este mundo…
Los imprescindibles Scorpions vuelven de nuevo a la acción publicando hace apenas unos días su nuevo single titulado "Peacemaker". Es el adelanto de lo que será su próximo disco de estudio, que bajo el más que adecuado nombre de "Rock Believer" está previsto que se publique el próximo 25 de Febrero de 2022. La canción viene acompañada de un vídeo clip la mar de resultón en el que se muestra al propio grupo interpretando el tema en vivo con el fondo de la noche de una gran ciudad llena de flashes y colorido, una de las señas de identidad del mítico grupo alemán que comandan Rudolf Schenker y Klaus Meine. Si obviamos la balada "Sign of hope", que publicaron el pasado año en plena pandemia, esta es la primera grabación original y nuevo disco de estudio que nos regalan los teutones desde que publicaron el estupendo "Return To Forever" en 2015; siete años es mucho tiempo y todos los seguidores llevábamos esperando nueva música de nuestro grupo preferido bastante tiempo. Como curiosidad podemos decir que las letras y melodías están compuestas por Klaus Meine mientras que la música es de Rudolf Schenker y Pawel Maciwoda, siendo ésta una de las primeras participaciones en la composición del actual bajista de Scorpions. También comentan que este disco está compuesto en su totalidad por los miembros del grupo, sin compositores externos. Sin problema, nos llevan demostrando durante muchos años que tienen el talento suficiente para componer grandes canciones.
Que por aquí Scorpions constituye una debilidad es algo tan nítido y cristalino como que la noche es noche y la luna es luna. La música del combo Schenker & Meine forma parte privilegiada de nuestra cabecera y es tontería negarlo. Llevan muchos años llenando de grandes canciones, positividad y buen rollo las orejas y las almas de todos los que les escuchamos; no es broma, conozco a pocos grupos cuya música genere unas sensaciones tan positivas al escucharla... y que sea buena, claro. Incluso el mensaje de la letra del tema lo acaban de explicar en un vídeo que reproducimos al final del artículo. Básicamente Meine contrapone al pacificador -peacemaker- frente al enterrador -undertaker-. En un mundo actual lleno de peligros e incertidumbres, con Coronavirus, guerras y demás crímenes sin sentido, ellos apuestan por la necesaria figura del pacificador, para mediar en los conflictos e intentar convertir nuestro mundo en un lugar mejor.
En este nuevo single nos ofrecen lo que mejor saben hacer: Hard Rock melódico de muchos quilates. Comandados por Klaus Meine con esa voz que posee tan única y especial, nos dejan un tema con su sello característico. Ellos son de esas pocas bandas que en cuanto escuchas unos segundos de alguno de sus temas de inmediato caes en la cuenta de que son ellos. Y eso no es nada fácil de conseguir hoy en día. Me ha recordado mucho al estilo de aquel maravilloso "Unbreakable", sin duda una de sus mejores obras y tal vez no tan reconocidas como mereciera. La voz de Klaus sigue igual de inconfundible, tal vez algo más rasgada que de costumbre, lo que le aporta matices nuevos. Meine es uno de los pocos vocalistas que conserva un rango y timbre casi idéntico al de los años setenta. En directo practicamente no falla y lo digo con conocimiento de causa, ya que tengo en las estanterías de mi habitación cientos de grabaciones de conciertos suyos. Sigue siendo una delicia escuchar su nítida voz, mantenida de manera estupenda para alguien que este año cumplió los setenta y tres años. En fin, que la cuenta atrás hasta finales de Febrero será menos dura si tienes en el estéreo de tu equipo "Peacemaker".
"Peacemaker". Vídeo oficial.
Klaus Meine explicando la letra de "Peacemaker". In english, of course.
Steve Perry acaba de publicar su disco navideño, titulado de manera inevitable "The Season", para regocijo y alegría de todos los que amamos su voz, su arte y su música a lo largo y ancho del planeta. Que desde aquí somos seguidores ciegos del que con su voz mostró a Journey el camino a seguir y les abrió la puerta de la inmortalidad no es ningún secreto. Tampoco lo es que su voz y sobre todo su manera de cantar así como su innato talento para componer melodías han servido de influencia a miles de cantantes que han surgido detrás de él. Garante del buen gusto y la clase a la hora de acercar la boca a un micrófono, creador de un estilo propio; no es broma, antes de él nadie -y repito: nadie- cantaba de esa manera y hacía esas líneas de voz. Estuvo sin cantar en directo durante más de veinte años, aunque afortunadamente volvió a poner todas las cosas de su interior en su sitio y retomó lo que sabe hacer mejor que nadie. Él mismo ha comentado que todo se lo debe a su pareja, Kellie Nash, tristemente fallecida a finales de 2012 víctima del asqueroso cáncer. Por lo visto se dedicaba a la psicología, le ayudó a reencontrarse consigo mismo, le devolvió la pasión por cantar y, una vez diagnosticada con la terrible enfermedad, le hizo prometer que no volvería a la oscuridad cuando ella faltase. Eso es amor verdadero.
Steve nos ofrece este nuevo disco que acaba de salir en los primeros días de Noviembre con el single titulado "The Christmas song". Lo presenta con un entrañable vídeo clip que no es más que un montaje de fotos del propio artista cuando era niño frente al árbol de Navidad, con los regalos que todo mocoso está deseando recibir al acostarse esa noche navideña sumido en la maravillosa e indescriptible sensación de felicidad que te permite sentir la inocencia del que se cree que el mundo es un bonito lugar en el que viven Los Reyes Magos o Santa Claus y que esa noche, mientras duermes y tras dejarles comida a los camellos/renos que por la mañana tirarán tus progenitores a la basura sin que te enteres, pasarán por tu casa a traerte regalos por haber sido una persona buena. Esa irrepetible sensación no la volverás a experimentar jamás durante el resto de tu vida.
Steve Perry desnuda su alma una vez más comandando un ramillete de canciones elaboradas con una orquestación y arreglos tan íntimos como efectivos. En sus propias palabras evoca esos momentos navideños en casa de su abuela, frente al árbol navideño y deseando ver los regalos. Una vez más, este tipo nos demuestra que juega en otra liga. Hazte con el disco en formato físico, baja la luz, enciende la chimenea, abre una botella de vino y pincha en tu equipo de música esta delicia. Se acerca La Estación.
De nuevo nos encontramos sumidos por completo en el insondable abismo
de la discografía de Ian Gillan,
llega el mes de Noviembre y todo se cubre del color plata de su mítica
garganta. Imposible sustraerse a ese ramillete de discos que publicó en
solitario nuestro querido Garganta de Plata y mucho menos
ahora que Deep Purple acaba de
lanzar su nuevo single. Hablamos del tema "7
and 7 is" y supone el adelanto de su sorprendente disco de versiones.
La gente de la música no ha parado durante esta asquerosa pandemia y en los meses
venideros iremos viendo los frutos de las sesiones de estudio del personal,
tanto desde los equipos de sus respectivas viviendas como desde los estudios de
grabación... o ambas cosas a la vez.
A la par que degustamos de nuevo maravillas como "Magic", “Clear Air Turbulence" o el imprescindible "Naked Thunder" -Dios mío,
que enamorado sigo de esa pedazo de obra maestra; lo mejor de su abultada
discografía sin duda-, recuperamos también esas joyas en las que Ian Gillan y su indómita voz metieron
las manos. Muchos de estos discos, sesiones de grabación o maquetas varias no
vieron la luz del sol en su día, pese a ser en su mayoría obras terminadas al
completo; las hay incluso que todavía siguen sin ser publicadas y continúan
guardadas en el cofre del tesoro de cualquier ex ingeniero de sonido de
cualquier ex casa de discos que hace ya mil años que cerró. En esta ocasión
vamos a rescatar el disco del grupo Pussyen el que colaboró Gillan. Se titulaba "Invasion",
se grabó allá por 1972 y por una serie de motivos no llegó a publicarse en su
día. Por fortuna, gracias a la que lleva años cayendo con todo este rollo de
las reediciones y demás historias para sacarle los cuartos al personal, se
acabó publicando hace unos pocos años. Pero comencemos la historia desde el
principio.
Pussy: Ray Sparrow, Paul Dean y Bob Cooke.
Jerusalem. Paul Dean en el centro.
Pussy fue una banda
que tuvo una efímera existencia a principios de los setenta. Se montó a raíz de
los restos de otro grupo llamado Jerusalem,
una de esas bandas de culto tan interesantes para algunos de nosotros. El
cantante y bajista Paul Dean, el
batería Ray Sparrow y el guitarra Bob Cooke decidieron poner punto a
final a Jerusalem, debido
principalmente a problemas por la dirección musical y artística con la compañía
de discos; imaginamos que el hecho de no lograr alcanzar una cierta repercusión
también ayudó. Parece ser que un segundo disco del grupo quedó preparado, pero
no se llegó a publicar, debido a esos problemas con la discográfica comentados
antes. Paul y Ray decidieron entonces poner en marcha unnuevo proyecto bajo el sugerente y de todo
menos políticamente correcto nombre de Pussy
-que viene a traducirse como vagina expresado de modo vulgar, algo así como coño, chochete-, contando también con Bob Cooke. Bromeaba Paul sobre el nombre del grupo diciendo
que tenía muchas connotaciones, que era directo y que llamaba la atención, por
lo que les resultaba perfecto; además también les pareció la elección obvia ya
que hasta la compañía de management y de publicación del propio Ian Gillan
se llamaban Pussy Enterprises y Pussy Music respectivamente.
Grabaron un disco que se rumoreó que no era más que ese supuesto segundo álbum
de Jerusalem que nunca se llegó a
publicar, aunque según comentan los propios músicos no era así. Por lo visto se
trataba de un nuevo disco bajo el nombre de Pussy y de hecho no contaron con Cooke para la grabación definitiva. Entró en el grupo Brian Goff sustituyendo a Cooke y por lo visto regrabó las
guitarras; como curiosidad podemos decir queGoff era un buen amigo de Ritchie Blackmore.
Brian Goff con Ritchie Blackmore en la casa de este último.
Pero no se acaban aquí las conexiones con Deep Purple, tanto Pussy
como Jerusalem tuvieron como mánager
a Ian Gillan. Zoe Dean, pareja sentimental de Gillan por esos años, era hermana de Paul Dean, hecho que imagino tuvo algo o bastante que ver para que Ian Gillan se fijase en el grupo.
Durante esos años Gillan abandonó Deep Purple y la música en activo,
asqueado por el estrés y los entresijos del negocio. Justo el año anterior a
abandonar la nave Purple y entre las
muchas cosas que realizó durante los tres años que dejó de cantar
profesionalmente se encuentra esta pequeña aventura con Pussy. Como curiosidad podemos añadir que está no fue la única vez
que Paul Dean se topó con la familia Gillan. En 1984 publicó un disco “Rock On!”… con Pauline Gillan, hermana del propio Ian. Sí, el vocalista de Deep
Purple tiene una hermana que también canta. Habría que estudiar la genética
de los Srs. Gillan, con unos padres
así sales vocalista fijo.
Zoe Dean y su novio Ian Gillan.
No está del todo claro si este disco de Pussy que no se publicó en su día era una obra nueva del grupo, se
trataba del segundo disco preparado de Jerusalem
o tenía un poco de ambas cosas, pero lo cierto es que la grabación estaba ahí. Paul y Ray comentan que había diferencias entre el sonido y el estilo de Jerusalem y Pussy, considerando injusto haber seguido con el mismo grupo cuando
musicalmente eran cosas distintas. En aquellos años se estilaban las
composiciones densas y de larga duración, terreno en el que se movía también Jerusalem, mientras que el estilo que
practicaba Pussy en este disco
maldito era de temas cortos, crudos y de sonido directo.
Pussy: Paul Dean, Ray Sparrow, Brian Goff y Bob Cooke.
Ian Gillan se involucró
con el proyecto, tanto a la hora de buscarles contactos desde su posición de
mánager como en la faceta musical y creativa. Produjo el álbum, tocó el piano
en el tema "Feline woman",
presentó la idea compositiva general y la percusión en "Place in the sky" y además metió
coros y segundas voces en todo el disco. Por desgracia las negociaciones con la
compañía musical Ariola se
estancaron y finalmente el álbum no vio la luz del sol, quedándose en el baúl
de los recuerdos como tantos otros proyectos de nuestro querido Garganta
de Plata. Tan solo se llegó a publicar en su día un single de este
grupo maldito, el tema “Feline Woman” en
1972, pero eso es otra historia que tal vez recuperemos en otro momento. Ahora
nos quedaremos con este buen disco que tuvo que esperar hasta el año 2011 para
poder salir a la luz.
Pussy: "Feline woman" -con Gillan al piano- y "Ska child". Single 1972.
La evocación de este mes la protagoniza el grupo madrileño Claxon. Puro y auténtico Heavy Metal patrio ochentero que,
aunque tuvieron su momento en esos años, hoy en día son prácticamente unos
desconocidos debido a que entonces no pudieron dejarnos ningún trabajo en
estudio. Y no lo hicieron por falta de calidad, sino porque la mala suerte se
cebó con ellos. Primero, la quiebra de la discográfica encargada de
materializar su premio por ganar un certamen musical, y después por la falta de
agallas de ciertas compañías que impidió que saliese a la luz el disco que ya
tenían grabado.
Pero vayamos a sus orígenes. El grupo se formó en la localidad
madrileña de Majadahonda en 1980, integrado por José Martín como cantante, Ricardo
González y Raúl Bustillo a las guitarras,
Marco Mora al bajo y Jesús Martín en la batería. A lo largo
de su trayectoria musical, hasta los primeros 90, la banda atravesó por
diversos cambios en su line-up,
siendo Raúl Bustillo el único
componente del grupo que se mantuvo siempre.
En esos albores de la década de los 80, el Heavy tenía tanta cabida en la televisión que incluso los combos
que estaban empezando disponían de su oportunidad, este fue el caso de Claxon, que acudió al programa Gente Joven el 23 de febrero de 1981 -sí,
el mismo día del golpe de Estado de Tejero-.
También ese año la banda consiguió alzarse con el tercer puesto en el festival Villa de Madrid, en la categoría de Rock. Durante ese tiempo el grupo no
dejó de tocar en directo, uno de sus puntos fuertes según la prensa de la
época. Lo hicieron por todo Madrid, pero también en localidades de León o de La
Rioja.
Ya en 1984 con nuevo el cantante Feri
Hernández y con la incorporación del guitarrista Felix Monares, el grupo obtuvo la victoria en el primer Festival de Rock de la Comunidad de Madrid.
El premio, publicar un maxi single. De este modo Claxon consiguieron pisar por primera vez unos estudios musicales.
Grabaron dos temas: ‘Mercenario’ y ’Combate final’. Sin embargo ahí quedó
todo, porque la compañía discográfica encargada de editar el trabajo, Belter, fue a la quiebra precisamente
entonces impidiendo que el trabajo del grupo saliera a la luz.
Auténtica mala suerte, pero la banda no se amilanó y continuó haciendo
lo que mejor sabía hacer: tocar en directo; además meses después volvió a unos
estudios, en esta ocasión a los Trak,
para publicar una demo. Rápidamente lograron retomar el vuelo y volver a
situarse en la rampa de salida hacia el olimpo del Heavy patrio. De hecho, en marzo de 1985, el grupo participó en la
cuarta edición de la Fiesta del
Estudiante y la Radio, que se transmitió por TVE y RNE. También
tocaron ese año en las añoradas fiestas del PCE en la Casa de Campo
de Madrid. Ese era el momento de Claxon,
de editar su primer larga duración; incluso llegaron a grabarlo bajo el título
de ‘Osiris’, pero no llegó a ver la
luz puesto que ni Zafiro, ni CBS, ni WEA terminaron de dar el paso al frente que habían dicho. Nuevo y
severo golpe para el grupo que decidió dar un giro de tuerca a la temática de
sus letras y una mayor importancia a la imagen de la banda.
Pese a todo y a diferentes cambios en la formación, el cambio del
batería Roberto y del bajista Marce, el combo con su nueva ‘actitud’
siguió actuando en eventos tan importantes como el V Maratón de 24 Horas de Música de Radio 3 -también retransmitido
por la televisión y radios públicas de ámbito nacional- y en la tercera edición
del Legarock. Pero sin trabajos
discográficos en su haber y sin la perspectiva clara de ellos, la banda poco a
poco fue desinflándose y reduciendo su actividad. No obstante lograron llegar
unidos hasta los primeros años de la década de los 90; de hecho, en 1991
participaron en el II Pop-Rock Valle 91,
ubicado en Elda, Alicante. De dicho festival se editó un lp colectivo con los
diferentes grupos que actuaron, Claxon
aportó el tema ‘Sin libertad’.
Claxon dijo adiós pero con la espina clavada de no haber grabado un
disco en su época. Sin embargo, bastantes años después, en 2019, y de la mano
de Leyendas Records pudieron
sacársela viendo editado su primer lp ‘Mercenario’.
Aunque regrabados, todos los temas –salvo los bonus- son composiciones de los 80, por lo que tienen ese espíritu
único y mítico del Heavy que se
hacía en España en esa década.