TRÍPTICOS EN ASCENSOR.
Una sección de nuestro colaborador "Ahí-Ku".
Nueva temporada. Nuevo nombre: Ahí-Ku. Nuevos collages: Trípticos en Ascensor. Para viejos problemas.
Encuentros HUSH. Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
TRÍPTICOS EN ASCENSOR.
Una sección de nuestro colaborador "Ahí-Ku".
Nueva temporada. Nuevo nombre: Ahí-Ku. Nuevos collages: Trípticos en Ascensor. Para viejos problemas.
Que John Norum es un grandísimo músico, guitarrista y compositor es algo que ofrece muy pocas dudas para todo aquel que esté familiarizado con su discografía y para toda la humanidad que, aunque ni le identifique, haya disfrutado en algún momento de su vida con el clásico álbum “The Final Countdown” de Europe en el que nos regala esas composiciones tan inspiradas y esas guitarras tan punzantes y agresivas como melódicas y bien estructuradas. Otro día hablaremos de los Europe, trufado de músicos virtuosos y dotados con el don de la melodía; uno de los mejores grupos de Hard Rock que te puedas llevar a la oreja y a su vez uno de los más denostados por cierta parte del público rockero supongo que por su mega estrellato de finales de los ochenta.
Y de Glenn Hughes poco más se puede decir que no hayamos dicho desde estas páginas: un tipo con una voz y un talento sobrenatural, único y a años luz del resto de los pobres mortales. La unión de estos dos talentos seguro nos habría proporcionado experiencias extraordinarias a todos sus seguidores y lo cierto es que hubo un momento en el que ésta casi llega a materializarse, pero al final no pudo ser. John Norum y Glenn Hughes nos legaron para la posteridad un único álbum bajo el título de "Face The Truth", salió como disco solista de Norum y entre sus surcos desplegaron una muestra de talento que tira de espaldas a todo aquel que sienta algo cuando escucha el sonido de una guitarra eléctrica o una voz de afinación perfecta, bello sonido y tono estratosférico.
Pero vayamos al principio. A finales de los añorados años ochenta Glenn Hughes se encontraba del todo inmerso en sus demonios personales, impidiendo que unas capacidades tan increíbles como las suyas no pudiesen mostrar continuidad en ninguno de los proyectos musicales que emprendió durante esos años. Hughes fue adicto a la cocaína desde mediados de 1974 hasta 1991, volviendo a caer en estos infiernos durante seis veces más hasta que tomó su última copa el veintitrés de Noviembre de mil novecientos noventa y siete. Unos veinticinco años de adicción y otros tantos de sobriedad hasta el día de hoy. Un tipo con una vida singular, seguro, y con cientos de vivencias que contar; desde luego.
En 1987 los suecos Europe tocaron el cielo con su excepcional disco "The Final Countdown". Lo tenían todo para triunfar en esos años y así lo hicieron. Tenían imagen, talento, eran grandes músicos, compositores y, sobre todo, tenían canciones. Su música y su rollo era lo que pasó a llevarse en esos años, triunfaron en las listas, todo Dios -y me refiero absolutamente a todo Dios- conocía su mega hit "The Final Countdown". Junto a Bon Jovi arrasaron en los charts del mundo entero, pese a ser muy distintos entre sí. Despertaron envidias e inquinas entre seguidores, prensa, incluso otros músicos y demás mediocres estreñidos incapaces de reconocer su talento. En esos momentos el mundo era suyo, como lo fue tan solo un puñado de años después de Guns n' Roses. Sin embargo, en plena cresta de la ola, John Norum sorprendió a todo el mundo y abandonó la nave. No le gustaban determinadas decisiones y estrategias que comenzaron a dirigir el rumbo del grupo y los dejó poco después de publicarse el disco, con toda una gira mundial planificada y pasta a saco por todos los lados. Nada de eso pareció relevante para él, quería el control total sobre su música; de un tipo que creció influenciado por gente como Thin Lizzy o Gary Moore no se podía esperar menos. En 1987 sacó su primer disco en solitario, titulado "Total Control", ya con ese nombre lo dejaba todo bastante claro. Era un pedazo de disco en el que formó equipo con el tristemente fallecido Marcel Jacob, otro que toca que se caen los cojones al suelo. Tan solo unos pocos meses después surgió la posibilidad de colaborar con Glenn Hughes y nuestro hombre no se lo pensó dos veces. El manager de John se puso en contacto con La Voz del Rock y Glenn Hughes aceptó trasladarse a Suecia para trabajar en el proyecto con Norum. Hughes comentó que no conocía la música de Europe, pero que cuando vio el vídeo clip de “The final countdown” le gustó mucho el sonido del guitarra que le recordaba directamente a Gary Moore, con ese toque tan intuitivo y melódico; de hecho Hughes aceptó la oferta porque le gustó el estilo de Norum. John Norum invitó a Glenn Hughes al concierto que el propio Norum iba a realizar en el Hammersmith Apolo de Londres como artista invitado de Ace Frehley. Recuerda Glenn que ese día estaba sobrio y tras la actuación aceptó la oferta de Norum para grabar con él un disco y su consiguiente gira. Glenn y Christine, su novia de entonces, tomaron un vuelo a Estocolmo, donde les estaban esperando para ubicarles y comenzar los ensayos. Por aquellos entonces Hughes estaba del todo enganchado a la cocaína pero, como era consciente de que John Norum no quería saber nada del tema, tomó la decisión junto a su novia de no consumirla durante su estancia en Estocolmo. Por desgracia las cosas se torcieron casi desde el principio. Glenn recuerda que cuando se montó en el avión venía de estar toda la noche de fiesta, dentro de la nave empezó a sentirse mal y acabó vomitándose encima un perrito caliente que había decidido ingerir un rato antes. Lo cachondo es que comenta el propio Hughes que no tenía otra muda para cambiarse y que tuvo que aguantar estoicamente los nada cómodos restos del dichoso perrito ante las sorprendentes y descalificadoras miradas de los que estaban sentados a su lado. Nada más aterrizar la gente del equipo de John Norum les estaban esperando. Se estuvieron hospedando en casa de un amigo del propio Norum.
Las sesiones se desarrollaron de lunes a viernes, teniendo el fin de semana libre. No tardó nada Glenn en decidir dedicar sus fines de semana al consumo del demonio blanco en cualquier tugurio de la zona. La llamada interior surgió con la posibilidad de consumir algo de speed, una droga que ya había usado durante las sesiones de grabación de su disco en solitario “Play Me Out” –otra joyita–, y que le permitía tocar aunque estuviera colocado. Al principio esto no afectó a la ética de trabajo, pero a los pocos días la adicción pasó del sábado y el domingo al lunes, martes y suma y sigue. Conviene aclarar que Glenn cada vez que se ponía podía estar hasta cinco o seis días sin dormir, sumido en su particular nube de excesos. Todo esto lo detalla con una desnudez sobrecogedora en su excelente autobiografía; de lectura obligada para todo aquel que le guste leer letras juntas con criterio, te guste o no el Rock n' Roll.
Glenn solía visitar un bar restaurante local llamado Geno, allí empezó a codearse la creme nocturna y volvió a dar rienda suelta a sus demonios. Recuerda que en una de esas conoció al tenista Vitas Gerulaitis y le acabó acompañando a su apartamento para colocarse juntos. El viejo adicto que latía en él había vuelto y el proyecto con John Norum se fue al garete. Christine y Glenn se mudaron a otro apartamento en Estocolmo, cruzando el río, pero el asunto no dio para más. Como el propio Hughes relata, con ese aire de simpleza, pesar y sinceridad, no es fácil ni divertido convivir con un adicto.
El único concierto que ofrecieron fue una actuación en Goteborg para la televisión nacional el veinticinco de Mayo de mil novecientos ochenta y ocho. Glenn se subió al escenario para interpretar con John el tema “I got your number” de su disco “Hughes & Thrall” y “Reach for the sky” del “Run For Cover” de Gary Moore, publicado tan solo tres años antes y en el que Hughes había tocado con el propio Gary –otra colaboración que acabó en desastre por culpa de las adicciones de Glenn-. Poco después Larry Mazur, mánager de John por entonces y que también lo fue de los últimos días de Hughes & Thrall, informó a Hughes que lo mejor sería que dejase el proyecto y volviese a su casa. Le vino a decir que en su estado era imposible continuar y que debería volver a su casa y poner sus cosas en orden. Relata Glenn Hughes que John Norum quedó destrozado con la situación, pero que no le quedó otro remedio. Normal, nadie en su sano juicio se quedaría bien tras dejar pasar por tu puerta el tren de Glenn Hughes. Posteriormente, un Hughes rehabilitado lo habló todo con John Norum y todo quedó enmendado como caballeros. Lo que pudo ser finalmente no fue, pero esto es marginal.
John Norum & Glenn Hughes: "I got your number". Getobrg. 25.5.88.
Tan solo tres años más tarde Glenn
se enfrentó en serio a su problema acudiendo a rehabilitación. Era la segunda
vez en su vida que lo hacía. Poca gente lo sabe, pero en 1975 los Purple ya le mandaron a casa de sus
padres en Cannock para buscar la manera de superar su creciente adicción a las
drogas. Lo que pasa es que en aquellos años no existían las clínicas de
desintoxicación y, según cuenta Glenn,
lo único que hicieron fue ponerle a un médico que le sedaba para que estuviese
adormilado y no se drogase. En cuanto dejó la sedación volvió la adicción. No
obstante a principios de los noventa y tras un susto muy gordo acudió a la
famosa clínica Betty Ford para seguir
un programa de desintoxicación. Un nuevo Glenn
Hughes con renovadas fuerzas y energías aceptó la oferta del sello de Mike Varney para grabar un disco de Blues en 1992 que le devolvía a la
música y a la actualidad, pero ahora limpio. Varios músicos colaboraron en este
disco; entre ellos John Norum, que
tocó la guitarra en los dos primeros temas: “The boy can sing the blues” y “I’m
the man”. Hughes le devolvió el
favor a John colaborando en el nuevo
disco en solitario del sueco, titulado “Face
The Truth”. Aquí montaron un tándem que colaboró en siete de las once
canciones que aparecen en el disco. Ni que decir tiene que este álbum es una de
esas preciadas maravillas que te alegran el día en cuanto lo escuchas, Hard Rock poderoso de alto octanaje del
que te vuelve loco. El personal toque de Glenn
está presente en todas las canciones que compone e interpreta. Sin embargo la
cosa se quedó ahí. El nuevo Glenn Hughes
quería rehacer su propia carrera en solitario mientras que John Norum se fue acercando a sonidos más pesados, sin perder nunca
su toque dorado –Joey Tempest dixit–, que son los que han determinado
sus posteriores discos. El momento 1988 se desvaneció para siempre. Sin embargo
los dos nos han legado esta estupenda muestra de lo que pueden ser capaces de
hacer juntos si los astros se alinean y sus universos vuelven a cruzarse en las
condiciones necesarias. Solo el tiempo tendrá la respuesta.
John Norum: "Time will find the answer". Glenn Hughes a la voz.
Una sección de nuestro colaborador Paul Martín Simón.
Charlie Watts, el hombre que no quería estar allí.
En el film de espìonaje “Seducción Peligrosa” –“Blue Ice”, 1992– Michael Caine regenta un club de Jazz donde toca una banda de Swing cuyo sonriente batería no es otro que Charlie Watts, baterista de Rolling Stones. Con este pequeño cameo cinematográgico Charlie refleja cuál era su verdadera pasión musical. ¡Entonces! ¿cómo llegó a tocar en la banda de Rock más famosa de todos los tiempos?
Todo empezó en 1963, cuando los primeros Stones tenían dificultades para encontrar un batería fijo, alternando entre el futuro “The Hero” Tony Chapman y Mick Avory, que prefirió irse con los Kinks. Mick Jagger invita a Charlie, que toca con los Blues Incorporated de Alexis Korner, a sentarse a las baquetas con ellos. Este acepta más por simpatía hacia Jagger y el bohemio Keith Richards que por afinidad musical. Con Brian Jones nunca llegó a congeniar. Además a los Rolling le empiezan a no faltar conciertos, dejando incluso su trabajo estable como diseñador gráfico. Pronto se unió al grupo el hoy desaparecido Bill Wyman al bajo. Juntos formaron una sólida base rítmica, a la par de ofrecer una imagen seria e hierática.
Charile Watts se convirtió en un batería sencillo, pero de toques que hacen profundamente reconocible cada tema; el ritmo vudú de “Sympathy for the devil”, el paso entrecortado de “Honky tonk women”, el pseudo Reggae de “Emotional rescue”, los saltarines redobles de “Get off of my cloud”, el golpe de hi-hat cuando Jagger susurra “Angie”... En efecto Charlie se subió a la nube de los sueños de miles de chavales que buscaban fama y dinero tocando Rock.
Tristemente Charlie fallecía a finales de Agosto de 2021.
Se ha aireado ahora un acontecimiento sucedido hace algunos años. Tras un concierto de los Stones en Holanda se montó una fiesta en el hotel a la que no faltaron Jagger y Richards, mientras que el tranquilo Watts se retiró a su habitación a descansar. Ya de madrugada, un Jagger pasado de copas decidió levantar a Charlie de su cama llamando a la habitación al grito de: “¡dónde está mi batería!”. Charlie, una vez perturbado de su sueño, se levantó, se vistió de traje –Charlie era conocido por su elegancia al vestir y por su colección de pañuelos de lino– y bien acicalado bajó al vestíbulo en busca de Jagger. En cuanto le encontró le propìnó un puñetazo, diciendo: “¡yo no soy tu batería, tú eres mi cantante!”. No sabemos cuanto hay de cierto en esta anécdota, siendo el principal testigo Keith Richards, que también venía de fiesta.
Charlie deja mujer, hija, nietos, una cuadra equina y una colección de Quepis y Colts de la Guerra Civil americana. Hasta siempre Charlie. Descansa en Paz.
Paul Martín Simón.
Aquí John Norum se sale por todos los lados, Glenn Hughes se sale por todos los lados, Mikkey Dee se sale por todos los lados... Estupenda composición, melodías asombrosas, arreglos impresionantes, ejecución exquisita y salvaje. ¿De lo mejor que haya hecho John Norum nunca? Probablemente. ¿De lo mejor que haya hecho Europe nunca? Probablemente. Lo que pudo ser y no fue.
La perfecta definición de puto Rock n' Roll.
“Cuelgo los zapatos. Me retiro” con estas palabras textuales, tan propias e ilustrativas de David Lee Roth por otro lado, anuncia que se retira de los escenarios. El anuncio nos ha dejado tan estupefactos y tan descolocados como cabría esperar de cualquiera de las declaraciones públicas que lleva realizando el inigualable David Lee Roth en estos últimos años. El entrañable cantante de los ya añorados Van Halen anunció durante el pasado fin de semana que se retiraba de los escenarios, que lleva en esto más de cincuenta años y que es el momento de dejarlo. Sus próximos cinco conciertos, programados para finales de 2021 e inicios de 2022, parece ser que serán los últimos del front man definitivo. Después de cualquier otra mala noticia sobre cuestiones de salud, estas declaraciones de David son lo peor que se le podía anunciar a los sufridos seguidores del maravilloso universo Van Halen. Si es que desde el fatídico fallecimiento de Eddie Van Halen los negros nubarrones del dolor y la incertidumbre se han instalado parece que de manera tan permanente como desesperada en esta saga musical que tantas y tantas alegrías nos ha brindado a sus seguidores en otros tiempos ahora tan lejanos y tan tristemente añorados.
Pero vayamos por partes. Después de este asqueroso letargo pandémico de casi dos años, el universo de David Lee Roth movió ficha con el anuncio de una serie de actuaciones en directo el pasado 27 de Septiembre. Diamond Dave invitaba al mundo a asistir a una serie de cinco conciertos en el prestigioso Mandalay Bay House of Blues de Las Vegas, Nevada; aunque a algunos de nosotros nos pilla en a tomar por culo de nuestras residencias, no se me ocurre un lugar mejor para que el bueno de David vuelva a los escenarios a ofrecernos todo su talento y carisma. Las fechas de los shows se repartían entre el 31 de Diciembre de este año y los días 1, 5, 7 y 8 de Enero del año próximo. Roth de vuelta con un espectáculo repleto de sus clásicos de Van Halen y de sus propios discos en solitario en la Nochevieja del corazón de la ciudad del juego y del pecado. Imposible imaginar un retorno con más clase y elegancia. Por otro lado, algo propio de nuestro querido Diamond Dave.
La preventa de los tickets se anunció para un par de días después. El pasado viernes 1 de Octubre David puso en circulación un nuevo tema de su ansiado disco inédito con el guitarrista John 5 que lleva grabado desde el año 2014 y al que ya nos hemos referido por aquí en varias ocasiones. La canción se titula “Lo-Rez sunset”, un sencillo pero intenso acústico de toque entrañable y con un infeccioso sabor veraniego, lleno del buen rollo que uno espera de alguien como Roth. Hasta aquí todo correcto, ni siquiera te percatas del aire de despedida que desprende el vídeo clip animado que acompaña a la presentación del tema. El asunto viene cuando tan solo unas horas después anunció en unas explosivas declaraciones que dejaba los escenarios, siendo estos cinco conciertos los últimos de su trayectoria artística. Por supuesto no especificó los motivos, algo ya habitual en un David Lee Roth que lleva ya años realizando declaraciones públicas tan atómicas como incomprensibles. Lo realmente inquietante de todo esto es que lo único que dejó caer, a modo de despedida, es que llevaba cincuenta años en esto dejándose la piel en cada actuación –cosa que cualquiera que haya visto en directo a este torbellino puede constatar sin problemas- y que tanto sus médicos como asistentes le aseguraban que cada vez que se subía a escena ponía en peligro su salud… Además comentó en esas mismas declaraciones y haciendo referencia al triste fallecimiento de su compañero Eddie Van Halen que pensó que él mismo podía haberse ido primero ¿? Continúa añadiendo que ha entendido lo corto que es el tiempo y que el suyo propio probablemente lo sea aún más. Y finaliza con una especie de agradecimiento y despedida al público por haber estado siempre ahí. Por supuesto, cuando lees semejantes declaraciones se te encienden todas las alarmas; piensas de nuevo en el fantasma de los problemas serios/graves de salud. Aunque es cierto que con David Lee Roth uno puede esperar casi cualquier cosa y siempre lo inesperado, unas declaraciones como estas te dejan frío, preocupado y perplejo.
Por otro lado no puedes evitar recordar que en los últimos años dentro del mundo del Hard Rock está anunciando su retiro de los escenarios todo Dios y al final compruebas que no lo deja ni Dios, salvo por problemas de salud graves. Esto se suele usar como reclamo publicitario y, oye, resulta que funciona; más de nuestra peculiar y exasperante naturaleza humana. Ni que decir tiene que desde ese mismo instante la ya de por sí difícil adquisición de las entradas para estos últimos cinco shows se pusieron de inmediato por las nubes. Se agotaron ipso facto, a la vez que alcanzaban unos precios desorbitados… y lo sé de buena tinta porque me entretuve un ratito comprobando delante del ordenador lo inaccesible que se había puesto el negocio de intentar comprar uno de esos malditos tickets. Me puse a fantasear durante un ratito imaginando mi Nochevieja’21 ideal desembarcando en el majestuoso Mandalay Bay y pasando una noche de absoluto descontrol en la ciudad del descontrol por excelencia. Por supuesto, imposible encontrar más trabas para organizar semejante viaje: fechas y compromisos familiares imprescindibles, pastizal para billetes de avión, alojamiento y varios en Las Vegas, los dichosos tickets imposibles de conseguir… y la maldita pandemia, claro, porque este humilde escriba le sigue teniendo un miedo horrible a volar en avión y a eso se le suma la nada apetecible idea de pasar encerrado quince horas compartiendo fraternalmente todos los virus imaginables con el Covid a la cabeza. Vamos, que habrá que sumar estas actuaciones a otros imposibles musicales como el Cabo Wabo Birthday Bash de Sammy Hagar del que me veo privado de modo asqueroso cada año que pasa.
Diamond Dave & Sammy Hagar. Presentación del "Sam & Dave" tour 2002. |
ROCK
D.A.M.
Una sección de nuestro colaborador: “Metálico”.
Este mes dedicamos la Evocación Metálica a Rock D.A.M.. Un grupo vitoriano muy interesante con un singular nombre que contenía un acrónimo en el que se dejaba claro su propuesta: Rock de Aquella Manera. Esto se traducía en un Rock duro en la onda que solía practicarse en el norte del país, mezcla del llamado Rock Urbano y del Heavy. Tuvieron cierta popularidad en aquellos primeros 90, bastante en su zona, pero sólo nos dejaron dos discos aunque muy aprovechables además de multitud de conciertos.
Vayamos a sus orígenes. Rock D.A.M. se formó en 1986 de las cenizas del grupo Piruleta de Hormigón, integrado por Samuel López Molina ‘Sam’ a la guitarra y Roberto Llave ‘Potis’ a la voz y guitarra -ambos permanecieron dentro de la banda hasta su disolución-. En aquel momento estuvieron acompañados por Pedro Larrañaga al bajo y José L. Espínola a la batería. Un año más tarde grabaron su primera maqueta, compuesta de tres temas. No obstante ya por entonces habían comenzado los movimientos en su formación, pues cambiaron de bajista en dos ocasiones: primero con Juan Delgado y luego con Mariano Romero. En esta época Rock D.A.M. tocó en numerosas ocasiones, adquiriendo cierto reconocimiento tanto en Euskadi como en Asturias y Cantabria.
Al año siguiente, en 1988, participaron con dos temas titulados ‘Lucha desigual’ y ‘Sodoma y Gomorra’ en el mítico recopilatorio ‘Descarga Norte’ publicado por Discos Suicidas. En este split Rock D.A.M. apareció como un grupo casi de Speed Metal. A pesar de que la banda iba dando los pasos correctos en el sendero del Rock, la formación no conseguía afianzarse y prosiguieron los cambios. Primero de bajista, tras un paso efímero de Mikel R. de Azúa ‘Pelanas’, se hizo con el puesto y ya no lo abandonaría hasta el final del grupo Manolo González ‘Lolín’. También cambiaron de batería, siendo el nuevo dueño de las baquetas Juan Liébana; aunque con esta alineación sólo registraron su segunda maqueta ‘Rock Dam Roll’.
En seguida Pedro F. Iradier tomó los mandos de la batería. Este sí ya es el line-up clásico de la banda. Con él registraron su tercera maqueta ‘Sin mentir’ y consiguieron la victoria en la tercera edición del certamen musical Villa de Bilbao. Este triunfo les posibilitó fichar por la compañía Edigal y grabar su primer trabajo de larga duración bajo el título de ‘Llévatelo’ en el año 1991. Un disco bastante celebrado que situó a Rock D.A.M. como un grupo de gran proyección y les permitió afrontar una gira por todo el norte del país, además de tocar con Los Suaves, con los que compartían discográfica.
Su popularidad iba aumentando por momentos entre los amantes del Rock duro, por ello volvieron a meterse en unos estudios en 1993 para registrar su segundo lp ‘Codo con codo’. Sin embargo, este trabajo tuvo una repercusión menor que el anterior y también disminuyó el número de conciertos. Esto, unido a cierto agotamiento del grupo y a varias ‘faenas’ de su mánager, precipitó el final de la banda en 1994.
Rock D.A.M. fue un grupo que quizás mereció mejor suerte. Rock Urbano salteado con Heavy, una combinación que recordaba por momentos a Leize o Barricada con una voz muy evocadora y unas guitarras interesantes.
Tras su disolución, Rock D.A.M. no dio señales de vida hasta 2016, cuando el grupo se volvió a juntar con el propósito de actuar en directo en el homenaje a un amigo de la banda, Raúl Aransaez. La experiencia resultó muy positiva, tanto es así que repitieron para participar en el festival Leyendas del Rock en su edición de 2017. Posteriormente Rock D.A.M. también regresó a los escenarios para telonear a Topo en la sala Jimmy Jazz de Vitoria-Gasteiz. Estos escarceos del grupo estuvieron protagonizados por la formación clásica de la banda con el único cambio de la entrada de Asier Atxa a la guitarra en sustitución de Sam.
Metálico.
Bibliografía:
-Andoainjubilatuak.blogspot.com
-no80s-gruposnacionales.blogspot.com
-youtube.com
-facebook/Rock-DAM
-Discogs.com
-metalbrothers.es
-todoheavymetal.com
-metaleuskadi.com
-metal-archives.com
-revolutionrockandroll.blogspot.com
-redhardnheavy.com